Una noche Julio se pasó más de una hora quejándose que tenía hambre y que yo tardaba mucho en hacer la comida. Cuando termine de elaborar una sopa se sentaron, el y su hermano, inmediatamente para devorarla. Cuando estaban terminando entro mi marido a la cocina y les anuncia que en cuanto terminaran de cenar podían ver un rato la televisión y que se tendrían que acostar pronto porque al día siguiente había colegio. A lo que Julio pregunta "¿Ahora?" a lo que le responde no, mañana cuando te despiertes hay cole.
Hubo un instante de silencio y Sergio levanta la mirada de su plato y mira a su hermano pequeño y le dice: "Asi de cruel es la vida, Julio. O cruda, no se cuál de las dos palabras es peor...." Julio mira a su hermano, y ambos vuelven a devorar su plato de sopa.
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La seño de Julio me conto esta ancedota:
Era viernes y la hora de la merienda. Este día llevaba Julio una palmera de chocolate. Como muchos ya sabéis una palmera es de hojaldre con forma de corazón. (Esta en concreto estaba en una bolsa de plástico, con un brik de batido.) Cuando la seño les dio permiso a los niños para tomarse su merienda Julio se dispuso a tomar su palmera de chocolate. Cuando abrió la bolsa de plástico vio que su maravillosa merienda en forma de corazón se había desmenuzado. Fue corriendo a buscar a su señorita para decirle: "¡La palmera ha explotado!"
Rebecca
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