Hace unos días tuve que hacer unas horas extras en el trabajo. Esa tarde mi marido se llevo a los niños a una exposición temporal que había llegado a nuestra cuidad. "Dinosaurios expo".
Cuando llegue a casa mis hijos me contaron todas sus aventuras y me describieron con todo lujo de detalle todo aquello que habían visto. Un sinfín de largos e impronunciables nombres de dinosaurios hacían que sus caras se iluminaran a medida que me iban contando.
Hacer una salida de este tipo y romper la rutina de los días laborable gusta de vez en cuando.
Pero lo que parece haber sido la guinda del pastel, de la expo, fue el rincón arqueológico. Mi hijo Julio lo contaba como si realmente hubiera descubierto un dinosaurio de verdad.
Ojala pudiéramos hacer mas visitas a exposiciones de este tipo o aún mejor a algún museo interactivo para niños.
Disculpad las motas de la imagen. No se si el Tyrannosaurus rex tenía halitosis o mi marido empaño la cámara con las lagrimas, de pensar que mi hijo fuera engullido por ésta bestia prehistórica.
¡Feliz fin de semana y disfrutad!
Rebecca
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