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Llevo una temporada que cada noche me cuesta dormirme, me levanto de la cama varias veces para tomar un vaso de agua o leche calentita. Me siento delante de la tele con la esperanza que al tener el volúmen tan bajo y la programación es tan pésima que me aburra y me entre sueño. Al no surgir efecto la tele, me siento delante del ordenador e intento, con poco éxito, que 'Google' me dé una buena respuesta a qué hacer con el insomnio. Desesperada llego a la conclusión que debo aprovechar el tiempo y escribir algo en mi blog. Pero noto que esto de sentarse enfrente del ordenador es en realidad un estimulante. Así que, botón: INICIO pestaña: APAGAR y la torre empieza crujir, pita una vez y silencio. Silencio............
Me levanto miro a los niños durmiendo en sus camas soñando con los angelitos. Mi marido durmiendo como un angelito. Me dirijo al balcón me siento en la hamaca y cierro los ojos. Silencio.........
Es tan tarde que no se escucha nada. Sería capaz de decir que escucho las olas del mar que están a 850 metros de mi casa. Nada se mueve, ni las hojas del los árboles, ni coches, gente, perros, zumbido de aparatos eléctricos, nada. Solo silencio........
Ya empiezo a entender porque me gusta la noche. Es la tranquilidad, sosiego, serenidad que aporta. Silencio.........
Ahí sentada cierro los ojos y mi mente hace un repaso del día. En mi trabajo hay mucho ruido. En casa con dos niños el silencio brilla por su ausencia y cuando llega estas horas de la noche que todos se han acostado es cuando yo empiezo a disfrutar de mis pensamientos. Que en algunas ocasiones son repetitivas y cansinas. Mañana: recoger ropa de la tintorería, pasar coche por túnel de lavado, comprar leche, pegar botón en camisa de marido. Y así podría seguir. Silencio…………….
Rebecca
Me pasa lo mismo, es el único momento del día para una y su cabeza. Luego a intentar dormir, ostrás lo que cuesta!
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