Mi marido y yo siempre hacemos hincapié a nuestros hijos sobre como y en que tono se deben dirigir a las personas. Le decimos que cuando un adulto se dirige a ellos le debería hablar con correctamente,cordialidad y respeto. Si es un familiar cercano debe hablarle con familiaridad pero con respeto. Y cuando se dirigen a un amigo el tono puede ser informal y usar vocablos más coloquiales.
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La primeras veces que mi hijos han tenido a sus amigos jugando en casa me sorprendía escucharles decirse ‘Tío’ o usar expresiones como ‘Jopé’.
Cuando están con mi cuñado se dirigen a él llamándole ‘Pintamonas’ o ‘Salta acequias’. Esto es un trato que tiene exclusivo con este familiar en concreto. A lo que los niños les encanta la complicidad y picardía que comparten con él.
Hace poco mi hijo Julio me pregunto si podía decir la palabra ‘Caca’ a lo que yo le respondí que si y que también se puede decir: Heces, deposiciones o excremento. Este último despertó una carcajada abierta y una incesante repetición de la palabra. “¡Excremento!¡Excremento!¡Excremento!”
A veces cuando estamos en casa y pasa un rato y no escucho ni veo a Julio durante un buen rato lo llamo y le pregunto donde esta y que es lo que hace. Me puede responder a viva voz. “Mami, ¡estoy haciendo un excremento!” (Esto me pasa por preguntar)
Rebecca
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