El lunes pasado le compramos unos zapatos a mi hijo mayor. Al llegar a casa
le pedí que se volviera a probar los zapatos para comprobar que le quedaban
bien y no se encontrara molesto con ellos puestos. Al ir a introducir el pie
dentro del zapato se detuvo y me miro con cara de picardía y me dijo. Mamá
estos zapatos tienen truco. Yo no estaba muy segura a que se refería. Hasta que
empezó a escarbar dentro de las zapatillas con los dedos de los pies. De
momento saco un trozo de papel de estraza entre los dedos de los pies. Levanto
la mirada y sonrió. Siguió rebuscando en la otra zapatilla con el otro pie. Y pronto
extrajo otro trozo de papel. Yo de inmediato pensé que fue muy habilidoso pero también un poco vago, por
no usar las manos para hacerlo.
Esta incidencia desembocó en un juego bastante divertido.
Busque objetos cotidianos que hubiera en la casa, que no fueran
excesivamente pesados o de gran tamaño. Rebusque una pequeña cesta que tuviera
una boca grande. Esparcimos los objetos alrededor de la cesta e intentamos meter los objetos
en ella con los pies. El más pequeño se apoyaba en una pared para no perder el equilibrio.
La primera vez lo hicieron
individualmente pero la segunda hicieron un pequeño concurso a ver quien recogía
mas objetos en menos tiempo.
Verle las caras de contracción en las caras de lo niños mientras intentaban
recoger objetos con los pies fue divertido. Algunas cosas se resistían a entrar
en la cesta como las pelotas de goma y hasta se iban botando. Para recuperarlas
no podían usar las manos. Ocasionalmente se volcaba la cesta pero la levantaban con los pies!!!
Mi marido y yo nos animamos a descalzarnos y jugar con ellos. Desde luego el
ganador de todo fue Sergio. Que parece tener una habilidad especial, con esos
dedos.
Tambien hicimos el juego a la inversa. Sacar los objetos del cesto. Fue algo más díficil pero lo logramos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario