Es muy probable que lo que voy a compartir hoy sea una de
las actividades escolares más antiguas del mundo. Pero teniendo en cuenta que a
ojos de los niños casi todo es nuevo, ¿porque no rescatar una actividad de toda
la vida?.
Usando unas hojas secas caídas hemos hecho lo que mis hijos
denominan: “Hojas Mágicas”
Los materiales que se van a necesitar para este proyecto son:
Hojas secas
Folios blancos
Ceras de colores
Se selecciona una hoja de tamaño medio.
Coloca la hoja seleccionada con las nervaduras hacia arriba.
Situar un folio blanco sobre la hoja y sujetarlo bien para
que no se desplace la hoja y/o folio al colorear.
Con una cera pintar aplicando una fuerza media.
Para los niños más pequeños es más fácil si usa el largo de
la cera en vez de la punta.
En cada trazo ira, mágicamente,
apareciendo la silueta de la hoja.
La reacción de asombro y gozo de mis hijos me sorprendió. Sobre todo del mayor que ya tiene 9 años. No
dejaban de colorear hoja tras hoja usando distintos colores e intentando
hacer composiciones.
Es realmente una actividad fácil, económica y junto al paseo
otoñal muy satisfactorio. Les da a oportunidad a los niños de fijarse en los
cambios que suceden en la naturaleza y la manualidad ayuda a trabajar la
destreza al colorear ya que requiere una fuerza específica para que el dibujo
tenga un bonito resultado.
Rebecca
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