En mi casa siempre hemos intentado repartir las tareas y responsabilidades del hogar. Desde que mis hijos Sergio y Julio eran muy pequeños les hemos pedido que nos ayudaran a poner la mesa y a recoger su plato cuando terminaran de comer. También una de sus obligaciones es recoger los juguetes de sus dormitorios.
Dependiendo de la edad, mi marido y yo les ayudábamos más o menos. Y sobre todo les alabábamos mucho cuando ellos tomaban la iniciativa en hacer alguna tarea de casa sin que se le pidiera. Julio es muy dado a imitarme mientras hago las tareas de la casa. Pero lo que más le gusta es el espray del limpiacristales y un trapo grande y pulverizar toda superficie lisa que haya en la habitación. Y TODO queda brillante. *Cling*
Sergio es más de ayudar a su padre a hacer manualidades y trabajos de bricolaje o ayudarme en la cocina. Pero su preferencia es fregar los platos. Y sobre todo usar toneladas de lavavajillas para hacer pompas de jabón en cantidades industriales.*Blub blub blub blub*
Como he mencionado en una entrada de la semana pasada los niños han pasado unas semanas con los abuelos mientras mi marido y yo hacíamos todo los necesario para mudarnos a un nuevo domicilio y para cuando volvimos para recogerlos me encontré con la grata sorpresa que los abuelos les habían enseñado unas nuevas tareas y trabajos que hicieron y hacen en la casa.
Cuando llegaban ciertas horas del día los niños les recordaban a los abuelos que tenían ciertas tareas que hacer. Algunas las hacian, casí, a diario y otras solo fueron experiencias unicas.
Soplar las hojas del jardín y recoger con la carretilla todas las ramas secas.
Ayudar al abuelo a lavar el coche. (Tengo entendido que era una de la cosas más divertidas.)
Regar los jardines.
Cuidar del polluelo que se cayo del nido.
Ayudar a la abuela a pintar el muro.
¡Uff! Solo con describir algunas cosas que han aprendido a hacer este verano me siento cansada.
Creo que han aprendido muchas cosas nuevas y ahora mis hijos son un poco más conscientes del hecho que para tener algo hay que trabajar para tenerlo y mantenerlo. Tambien todas estas labores les han enseñado a ser responsables y constantes.
Después de todo ese trabajo una buena merienda para recuperar fuerzas y un chapuzon en la piscina para refrescarse. ¡Y sobre todo disfrutar!
Rebecca
Qué abueletes mas majos (y listos)!!! Que niños mas guapetones (y altos!!) y que piscina maaaas chula!! ;-) bravo!
ResponderEliminarEl verano yo veo que es una época perfecta para que los peques aprendan a hacer cosas de este tipo, para ellos es una nueva forma de divertirse, se sienten útiles y lo viven como un juego. Es genial!!! Que hombrecitos más apañados teneis! Un besazo
ResponderEliminarNo hay como disfrutar y aprender al mismo tiempo. El veranito parece haberos venido genial.
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