miércoles, marzo 05, 2014

Viaje en tren

Como podemos viajar en un transporte publico con un niño y no morir en el intento. El domingo tuve que coger un tren para viajar. En las 4 horas y media observe como distintas familias afrontaban el tener un niño pequeño confinado a una silla durante un periodo de tiempo bastante largo sin perder su salud mental y evitar que los que le rodeaban no empezaran echarle ojeadas de desaprobación. 
Una familia venia completamente preparada para el tren con su hijo de unos 3 o 4 años. Se sentaron e inmediatamente le ofrecieron conversación al pequeño. Le preguntaron si creía si el tren iba a ir rápido o lento. Si tendrían suerte y verían alguna vaca en el campo. Y así continuaron con un sin fin de preguntas y a veces,  abstractas contestaciones. 
No suelo escuchar las conversaciones de los demás pero al ir sola en el tren y sin mucho entretenimiento que el observar a la gente allí me era muy difícil ignorar lo que sucedía al mi alrededor.   
La conversación inevitablemente llego a un fin y no habia mucho mas que pudiera decirse del tren y el viaje. La madre saco una mochila de debajo de el asiento y le ofreció al niño juguetes y algún muñeco de acción que parecía entusiasmar al pequeño. El tiempo que le dedico a jugar fue relativamente corto, yo calcularía que seria unos 20 minutos como mucho. Pronto se le ofreció un tentempié y tras engullir un enorme bocadillo el padre le ofreció ver  sus dibujos favoritos en una tablet y le coloco unos simpáticos auriculares infantiles, que yo personalmente agradecí infinitamente. Ya que escuchar las particulares voces de los dibujos animados no era de mi agrado. 
La historia no termina aquí. A mitad de camino de mi destino se sube una joven madre con su hija de unos 2 a 3 años. Estas toman asiento y empieza la tortura durante una hora y cuarto hasta que se bajaron en su parada. La niña no conseguía sentarse ni entretenerse con nada ya que la madre tenia poco o nada que ofrecerle. No creo conversación ni entablo una complicidad con la niña ya que estaba bastante ocupada escribiendo en su teléfono movil o regalándole a la niña que se quedara quieta y no molestara. O mejor aún mandándole a callar por que estaba llorando. Durante toda su estancia en el tren solo se escuchaba a la niña decir 'Mamá, mamá, mamá' o '¡Buuuuaaaaaaaaa!' Y la madre decir.'¡Calla Paula! ¡Quedate quieta! !No te muevas mas! ¡Hay que ver que cansina eres, Paula' 

Con un poco de preparación y buena voluntad lo mismo el viaje habría sido más agradable. ¡PARA TODOS!

Rebecca

1 comentario:

  1. Ojalá siguieras escribiendo en el blog, me está gustando mucho!

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